Hace muchos años mi viejo me trajo un perro,pero al mismo le faltaba una patita.
Me vio sorprendido y me dijo:“no te preocupes,es diferente a los demas pero veras que bueno saldra“.
Asi fue pasando el tiempo y Chucho se hizo muy compinche mio,salia a correr y el con su defecto a cuestas venia atras,a saltitos y habia veces que llegabamos a la par.
Nunca pudo ganar una carrera a los demas perros del barrio,todos sabian que Chucho no podria alcanzar a ninguno.
Pero no por eso dejaba de ser mi amigo,a medida que se iba haciendo viejo,su mirada no cambiaba nunca,era la misma del primer dia,su cola se movia como timon de barco para estabilizarlo.
Con su problema a cuestas,iba y venia alegrando toda la casa,un dia de esos que quiso seguirme no pudo alcanzar la vereda de enfrente,y un coche con alguien que ni siquiera paro para ver que habia echo,me lo saco para siempre.
Hoy mirando unas fotos viejas, me lo encontre de nuevo y tenia la misma mirada del primer dia,solo que yo recorde el momento que lastimado y sangrante,con el dolor a cuestas me daba besos con su lengua en mi mano como pidiendome perdon por no haberme alcanzado.
Sin querer me puse a escribir esto que me salio de dentro y que la verdad me hizo sentir bien,ya que paso el tiempo,mascotas pero Chucho siempre va estar ahi como lo que fue...uno de mis mejores amigos..diferente a los demas,pero muy bueno,cuanta razon tenia mi viejo cuando me lo regalo.